Sobre lo negro

 

Desperté cuando aún se oían lo sonidos del amanecer. Algo me pedía salir, aparcar mis pensamientos, mis problemas.

Tras mi rutina mañanera, me enfundé con unos viejos vaqueros y salí a rodar con Lola, mi psicóloga particular.
Pasé por pueblos de la comarca que ignoraba su existencia. Rodé por carreteras secundarias y terciarias.
Cada vez que me detenía a sacar alguna fotografía siempre me acompañaba un único sonido, el canto de un pajarillo.
Estoy sentado en un antiguo lavadero, escribiendo estas notas fumando un pitillo delicioso.
Me sabe rico como me sabe todo este día desde que desperté.
Ya toca volver a casa, a mi rutina, mi vida, mis hijos.
Pero sabes una cosa; que me quiten lo bailao

Comentarios

  1. Esa Lola, de dos ruedas.... esa alma de motero, que bien lo has sabido plasmar en el papel. Enhorabuena, genial como los anteriores.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El viejo y el asfalto

Miedo

Deseo